Busque una cajita de cartón y la decore con muchos colores alegres, para guardar en ella todos los buenos recuerdos, las sonrisas, las bonitas palabras, los momentos robados, los besos sentidos, las caricias inolvidables...
En ella no caben tristezas, malas caras, discusiones, los malos entendidos, ni mucho menos las desilusiones ya que son muy húmedas y la dañarían...
En la tapa deje todos esos detalles que en un inicio me enamoraron de ti y que hoy se convirtieron en motivos de discordia.
Esta caja la envío de vuelta al gran hombre que veo en ti... no al amigo del apoyo incondicional.
No la quiero conservar porque yo ya tengo todo lo que quiero: unas caricias que tocaron mi corazón restableciendo mi alma, unos besos que aun saben a felicidad y un agradecimiento eterno por esta paz!
Mi paz no depende de ti, ni la tuya de mi, ¡eso es claro!
pero descansar entre tus brazos... ¡se le parecía mucho!
