jueves, 29 de marzo de 2012

Gracias

Últimamente he leído y escuchado de diferentes fuentes, la importancia de agradecer a Dios las cosas que nos da, es la manera de ver "el vaso medio lleno", lo afortunados que somos y lo mucho que tenemos.
Te comparto la mía para invitarte a hacer la tuya.

Gracias Señor porque...

Me diste la vida,
soy mujer,
nací en una familia estupenda,
me has dado buena salud, puedo caminar, ver, oir, sentir.
Vivo en Colombia,
no soy víctima de ningún conflicto armado,
tuve y tengo la oportunidad de estudiar,
he disfrutado de grandes amores,
tengo una casa donde vivir,
todos los días de la vida he tenido comida en mi mesa,
tengo un trabajo que me encanta,
tuve la oportunidad de estar casada,
me hiciste una excelente mamá,
tengo tres hijos extraordinarios, sanos e inteligentes,
tengo amigos incondicionales,
me diste la habilidad de escribir,
tengo la oportunidad de compartir este blog con todos ustedes,
tengo y he tenido una vida maravillosa,
soy feliz!

Y como dicen mis hijos: "Gracias Señor por este maravillosos día contigo lo tenemos todo"

jueves, 22 de marzo de 2012

"Un pedacito de mi historia"

Sé muy bien que han pasado 20 años, muchos dirían que ya no tengo ni que recordarte, de pronto no fui tu gran amor (he tenido mucho tiempo para pensarlo), bueno  me conformo con tener la certeza de que tú, sí fuiste y eres el gran amor de mi vida. 

Me enamore de ti cuando te vi por primera vez en el colegio en 1987, tú estabas en noveno y yo en octavo, me encantaba tu sonrisa, tus ojos brillaban cuando reías y ese lunar... me parecía el más lindo del mundo.

Paso un año completo para que un celestino amigo me presentara contigo y yo... pobre quinceañera asustada, salí a correr... ahora me acuerdo y me da risa, pero ese jueves fue penosísimo!

Ese amor que sentí por ti en el 88, que me sonrojaba las mejillas, me hacia bajar la mirada, me hacia suspirar y que hasta me hizo llorar el día que te vi hablando con otra niña (hasta tú hermana me consoló, ¡qué tal!)... ese amor sigue intacto.

Cuando te enteraste de la muerte de mi papá en las vacaciones del 89, me trataste de dar un consuelo que yo no quería, te recuerdo hablándome, recostado sobre la baranda del 3 piso del colegio. Después nos separamos por temporadas, yo tuve otros novios y tu, otras novias, pero solo faltaba que me llamaras o me enviaras una nota con tú hermana y yo dejaba lo que fuera por estar contigo, termine con más de un novio por volver a estar a tu lado. 

De 1990 a 1992 nos escribimos tantas cartas que el demorado era el servicio postal, tú me contabas de tu nueva vida ya fuera del colegio y yo te contaba mis sueños, esperanzas y mis metas, de esa época conservo todas tus cartas, notas, papelitos, credenciales y regalos, pero no los puedo leer muy seguido porque me da mucha nostalgia... y no puedo con ella.

Todavía lamento no haberme quedado más tiempo contigo el viernes de enero del 92 cuando me recogiste en mi trabajo y fuimos a almorzar a tu casa... ese fue el último día que te vi y el último beso que te di.

Un martes terrible te perdí para siempre y sin querer soltar tu cuerpo ya sin vida, fue tu hermana quien otra vez me consolaba a pesar de su gran dolor. Lleve luto muchos años, en ese entonces no era buena amiga de la soledad y trate erróneamente de acompañarla, tal vez pensé que así exorcizaba mis dolores del alma y mi más grande pena: tu ausencia. 

Me casé en el 1997 y me divorcie en el 2002, tengo 3 hijos maravillosos y al fin no fui doctora como habíamos hablado tantas veces, dedico todo mi tiempo y mi trabajo a mis hijos, excepto, algunos sábados que me escapo para visitarte en tu tumba o para reunirme con los amigos del colegio. Escribo igual que antes, solo que con más tecnología, los versos me riman mejor y todavía escucho Everything I Do, I Do It For You... y lloro. Sigo estando igual de flaca, pero ahora llevo el cabello corto y me siguen gustando las manzanas amarillas y las papas con mayonesa.

No te recuerdo este año más que los otros, es solo que este año tengo un blog donde lo puedo publicar... pero siempre te he escrito y te lo he leído, te sigo contando mis cosas en las noches cuando no puedo dormir y en las mañanas cuando no me quisiera levantar.

Sigues en mi corazón y en mi alma,
Vives en mis pensamientos y en mis cartas,
Te convertiste en mi soledad para acompañarme,
Por eso mi amor ha sido y será… solamente para ti.