miércoles, 25 de abril de 2012

¡Gracias! !Nunca me lo hubiera perdido!


Para muchos tengo fama de nostálgica, -fama muy bien ganada, por cierto- porque constantemente traigo a la memoria y a las letras un tono de tristeza por los tiempos que ya pasaron: los malos y los buenos.


Gracias a Dios tengo grandes experiencias, muchas vivencias buenas y otras no tanto, fantásticos recuerdos que llenan el álbum de mi vida y aunque suene raro, no me arrepiento de ninguna de las cosas que he hecho -valga aclarar que he hecho grandes embarradas-, pero son las cosas que dejé de hacer las que pesan sobre mis hombros, esos "te amo" que se me quedaron sin pronunciar, esos "besos" que se me enredaron en los labios, todos esos "pude haber hecho" que ya no se pueden...

No espero ni deseo que mi pasado se repita, ni retomarlo, ni nada... tampoco me gustaría devolver el tiempo, aunque no parezca he aprendido a vivir bien parada en mi presente, a gozarme cada cosa que hago y los momentos que comparto con las personas que quiero guardando un bonito retrato de cada situación, viviéndola con el corazón... "vivir cada momento como si fuera, como de hecho lo es, único e irrepetible".

Confieso que hago un esfuerzo sobrehumano para no recordar las ofensas (pero no siempre me sale bien) aunque sé que ese resentimiento solo es un veneno que me estoy tomando para que a otro le haga daño... bueno, todos tenemos ¡algo por mejorar!

Ayer escuche una frase citada por Wayne Dyer que decía: "Este es mi pasado, se queda atrás! me despido de él con un beso ¡gracias! ¡Nunca me lo hubiera perdido!" Esa frase me calo hasta los huesos, me hizo recordar que es gracias a mi pasado que soy lo que soy hoy en día... fue mi maestro y mi guía, pero tengo que dejarlo atrás para seguir mi camino... no se puede avanzar mirando hacia atrás ¿Verdad?

No creo que vaya a dejar de escribir de vez en cuando de nostalgias, de esas que invaden mi mente en las noches justo antes de dormir o de las que llegan con una película o con un sitio de la ciudad, pero si quiero despedirme de mi pasado, para dejarlo atrás, me quedo con sus aprendizajes, fueron grandes lecciones: ¡Gracias!

A los grandes amores que he tenido y ya no tengo: ¡Gracias! fueron estupendos, pasé momentos inolvidables, hasta las peleas valieron la pena.

Me quedo con la Lida de hoy, la que es mejor persona que ayer; con los amigos de todos los tiempos: los que han sido, son y serán; con los sueños actuales que de pronto mañana cambian; con esta felicidad que invade mi alma y con un agradecimiento a Dios que no me cabe en el cuerpo... ¡Gracias por mi pasado!, de verdad, de verdad, ¡Nunca me lo hubiera perdido!


miércoles, 18 de abril de 2012

A petición del público

Aclaración: ¡La bebe soy yo!

Con mi mamá y mi papá a los 2 meses!

(fecha de la foto 29 de abril de 1973)


A los 9 meses

lunes, 16 de abril de 2012

Mi Ángel de la Guarda


Cuando yo era pequeñita, antes de nacer mi hermana, tenía un amigo muy querido que estaba conmigo todo el tiempo, jugaba conmigo y me hacia reír.

Era morenito, su cabello negro (aun más que el mío), sus ojos cafés muy oscuro y una sonrisa de esas que se hacen huequitos en las mejillas: Santiago.

Junto a él nunca necesite hablar, él entendía lo que yo quería y siempre estábamos de acuerdo en todo, como si estuviéramos sintonizados.

Con el tiempo y la llegada de mis dos hermanas me fui olvidando de mi amigo, ya tenía que ir al colegio y hacer tareas... no hubo mucho tiempo para jugar.

Cuando nos vinimos a vivir a Bogotá estuvimos muy tristes, dejar a mi papá no era fácil... como extrañe tener un amigo con quien hablar de lo que yo no entendía.
 
Tal vez me olvide de Santiago por muchos años, aunque él estuvo conmigo siempre, caminando a mi lado en el peligroso vecindario donde vivía.

Sé que muy bien que me acompaño cuando murió mi papá porque mi calma fue francamente extraña y aunque lloré muchas noches por su partida siempre sentí consuelo.


Creo que le di mucho que hacer a mi pobre Ángel, porque me buscaba ¡cada amiguito! ¡Ay Dios, recuerdo eso y me da franca vergüenza!

Lo recordé más que nunca cuando nacieron mis hijos, Alejita rezaba el angelito de la guarda con un amigo imaginario que yo deseaba que fuera su Ángel de la guarda.

Pero creo que tuve real conciencia de su presencia cuando con mis hijos, creamos la oración que rezamos todas las noches y aprendimos entre los cuatro a ser agradecidos.



Angelito de mi guarda, perdóname...
Toda la lata que te he dado con mis locuras,
Las veces que no he agradecido tu mano sosteniéndome para no caer,
Cuando no he escuchado tu voz por estar siempre hablando...

Pero sobretodo perdóname por creer que estoy sola, sabiendo que Dios te envío a mi lado para acompañarme en este camino.

¡Gracias Santiago!

martes, 10 de abril de 2012

Como me dueles....

Esta tristeza me tocó el alma y supero la que creia estar sintiendo... Este poema no es mio, fue escrito por un amigo, que muy amablemente me permitio compartirlo con ustedes... A mi, me mato!!


Como me dueles ...

El dolor es directamente proporcional al amor...
dolorosa verdad que solo se vive al llegar,
amas mucho también sufres mucho,
pero al final amar vale la pena el dolor.

Dolor que aqueja en la noche y a la madrugada,
cuando no hay doctor que te atienda,
ni amigo que te escuche.

Como duele cuando se ama, y el amor se pierde,
como duele saber que lo que fue alguna vez ya no será más
como duele ver el castillo de sueños que arde,
como duele sentir tu amor, que no sentiré ya más.

Me preguntaban hace unos días
como se hacía para que el amor no acabe,
Con una sonrisa en el rostro y alivio en el corazón, conteste:
No sabría decirte, pues para mi el amor no acaba.

La confianza fue mi error, y el pensar que nunca me pasaría,
estaba en lo cierto cuando decía, que mi amor no acabaría,
mas, olvidé que el amor se hace con dos, 
y por más que uno éramos, terminamos siendo dos.

Como me duele, ver tu mirada distraída con otras ilusiones,
ilusiones asesinas de amores, 
Dios quiera que cuando puedas ver de nuevo,
el verdadero amor permita, unir de nuevo nuestros corazones. 
 
F.G.